Uno de los grandes retos que tenemos los fisioterapeutas cuando trabajamos con mayores, es la lucha contra el miedo a las caídas.

La sensación de inestabilidad o falta de equilibrio puede estar producida por una patología de base como el Parkinson, por debilidad muscular tras un inmovilismo causado por cualquier tipo de cirugía, por mareos de origen músculo-esquelético a nivel cervical o de origen neurológico que devienen por un sinfín de enfermedades, o producidos por el miedo debido a una caída anterior que, aunque haya sido producida de manera fortuita, el paciente teme que se pueda volver a repetir.

En ocasiones una caída puede culminar sin consecuencias físicas, pero otras veces el resultado es nefasto produciéndose en un alto porcentaje fracturas de cadera, fracturas de muñeca (las conocidas fracturas de Colles), luxaciones de hombro, heridas inciso contusas en la cabeza , y muchas más.

Este estado de pánico ante la simple idea de levantarse o de caminar, hace que el anciano permanezca más tiempo del debido sentado o encamado. Ambas situaciones aceleran la pérdida de fuerza muscular, enlentecen el ritmo digestivo, perjudican al sistema respiratorio y cardiovascular, y pueden ser el origen de las temidas escaras.

En estos casos enfocamos la fisioterapia hacia la mejora de la estabilidad corporal, de la fuerza de los músculos tanto de miembros inferiores como superiores y tronco, de la reeducación de la marcha, bien sea con ayudas técnicas (como bastones, muletas o andadores) o de manera independiente, y de la amplitud de los movimientos.

Según vayamos consiguiendo los objetivos propuestos, el paciente va a sentir mayor confianza en sí mismo y va a ir perdiendo el miedo a volver a realizar plenamente sus actividades.

Este trabajo comienza en el domicilio del mayor para que poco a poco vuelva a relacionarse con su entorno en casa, y finalmente pierda el miedo a salir a la calle.

Los resultados con fisioterapia en estos casos son espectaculares y devuelven a los mayores la autoconfianza para poder continuar con su vida.